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1. La arquitectura griega. Los órdenes clásicos.

Las formas arquitectónicas griegas nacieron empleando materiales perecederos como la madera o el adobe (barro sin cocer, secado al sol y generalmente reforzado por paja). Pero durante el período arcaico, estas formas se fueron adaptando al uso de la piedra. El predominio de la piedra, sobre todo piedra caliza o mármol, es un rasgo esencial en la arquitectura clásica y helenística. En la arquitectura griega la piedra suele estar muy bien tallada, formando piezas estructurales como sillares o tambores, así como diferentes elementos decorativos.

La arquitectura griega es adintelada o arquitrabada, es decir, emplea cubiertas de base horizontal que apoyan sobre columnas, pilares o muros. Las construcciones suelen tener techos o techumbres a dos aguas, es decir, formadas por dos vertientes inclinadas a ambos lados de una línea divisoria central.

Como es propio del arte griego, la arquitectura griega se guía por los siguientes valores estéticos:

  • Humanización de la escala.
  • Búsqueda de armonía, basada en las relaciones matemáticas entre las partes y el todo.
  • Equilibrio y claridad en las formas.
Efestion de Atenas
Detalle de las columnas del templo de Efesto en Atenas (V a.C.)
Imagen en Wikimedia Commons de J.Housen (detalle). Licencia CC.

Estos valores estéticos se concretan en lo que será la aportación más influyente de la arquitectura griega: la creación de los órdenes clásicos. Los órdenes arquitectónicos clásicos son formas y proporciones canónicas en las que se combinan los principales elementos de las fachadas monumentales griegas: columna, entablamento y frontón. En la arquitectura griega existen tres órdenes:

a) Orden dórico

Orden dórico
Imagen en Wikimedia Commons de J.M. Benito. Licencia CC.

Fue el primer orden en aparecer, durante la época arcaica. Su origen está en el Peloponeso. Predomina sobre todo entre los siglos VI y V a.C. Es un estilo sobrio (es decir, muy simple, con poca decoración) y robusto, con proporciones muy gruesas. Eso ocurre sobre todo en los edificios arcaicos, en los que las columnas son muy anchas (su altura es más o menos 6 veces el diámetro del fuste) y muy bajas con respecto a la altura conjunta del entablamento y el frontón. Consta de los siguientes elementos:

  • La columna no tiene basa, sino que apoya directamente en el estilóbato.
  • Su fuste está compuesto por varios tambores y está estriado, es decir, atravesado por estrías verticales. Esas estrías son en realidad aristas que dividen las secciones cóncavas longitudinales que forman la superficie del fuste. Las aristas crean efectos de claroscuro que dan sensación de volumen a la construcción. Además, el fuste es más grueso por la base y presenta éntasis, que es un engrosamiento de la columna por el centro, lo que hace que sus perfiles no sean rectos sino convexos. El objetivo es evitar que por efecto de la perspectiva o imperfecciones en la construcción la columna pueda parecer cóncava.
  • El capitel dórico es muy sencillo. Consiste en dos piezas superpuestas: una pieza troncocónica, de lados rectos o convexos, llamada equino, que conecta el fuste con una pieza paralelepípeda, llamada ábaco, sobre la que apoya el arquitrabe.
    Capitel dórico  
    Capitel dórico.
    Imagen de J. Housen en Wikimedia Commons (detalle). Licencia CC.
  • El entablamento consta de arquitrabe, friso y cornisa. El arquitrabe es liso. Sobre él apoya un friso en el que alternan dos piezas: triglifos, (piezas rectangulares estrechas decoradas por tres bandas verticales separadas por acanaladuras) y metopas (piezas rectangulares o cuadradas situadas entre dos triglifos, que se suelen decorar con pinturas o relieves). Una cornisa da paso al frontón.
  • El frontón es el espacio triangular que queda en las portadas del edificio entre la cornisa y el tejado. En su interior queda una gran superficie lisa y triangular denominada tímpano, que es decorado con pinturas, relieves y esculturas de bulto redondo. Constituye el elemento central de la decoración del edificio.
  • Las cornisas del tejado suelen estar decoradas por gárgolas y otros elementos escultóricos.
Orden jónico
Imagen en Wikimedia Commons de J.M. Benito. Dominio público.

b) Orden jónico

El orden jónico aparece ya a finales de la época arcaica y predomina sobre todo a mediados del V a.C. Su origen se sitúa en las ciudades del Egeo y la costa de Asia Menor. Es un estilo más ornamentado y esbelto, es decir, de proporciones alargadas (la altura del fuste es más o menos 9 veces su diámetro). Sus diferencias con respecto al orden dórico son las siguientes:

  • La columna se apoya en una basa, formada por molduras cóncavas (escocias) y convexas (toros).
  • El fuste está decorado por acanaladuras, secciones cóncavas longitudinales que separan estrechas secciones cilíndricas, que sustituyen a las anteriores estrías.
      Capitel jónico  
    Capitel jónico.
    Imagen de Jebulon en Wikimedia Commons (detalle). Dominio público.
  • El capitel está decorado con volutas, que son motivos decorativos en forma de espiral. En principio estas volutas eran los extremos visibles de dos cilindros, de tal forma que desde el exterior y desde el interior se veían dos volutas simétricas mientras entre columna y columna se veían los cilindros. Más tarde se ideó un sistema especialmente apropiado para las esquinas: las volutas se inclinaban hacia el exterior unos 45 grados, de tal forma que se podía ver siempre dos volutas simétricas, se mirara desde donde se mirara. Entre las volutas pueden aparecer diversos elementos decorativos, como ovas (decoraciones en forma de huevo). El capitel se remata con un ábaco estrecho, a menudo decorado.
  • El entablamento es más estrecho que en el orden dórico. El arquitrabe aparece dividido en tres bandas, de las cuales las bandas superiores sobresalen un poco de las inferiores, potenciando los efectos de claroscuro. Sobre el arquitrabe aparece un friso corrido (es decir, sin alternancia de piezas diferentes), generalmente decorado con relieves.
Orden corintio
Imagen en Wikimedia Commons de J.M. Benito. Licencia CC.

c) Orden corintio

El orden corintio es el último en aparecer. Surge ya en la segunda mitad del siglo V a.C. y su momento de mayor auge es durante los períodos helenístico y romano. Es el orden más rico en decoración y más esbelto de los tres (la altura del fuste es de 10 o más veces su diámetro). Básicamente es idéntico al orden jónico salvo en algunas diferencias:

  • El entablamento es algo más ligero que el jónico, de la misma forma en que las columnas son más esbeltas.
  • La principal diferencia está en el capitel. El capitel corintio tiene forma de una campana invertida (o una cesta) y aparece decorado con hojas de acanto y pequeñas volutas en los ángulos.
    Capitel corintio
    Capitel corintio.
    Imagen de EmDee en Wikimedia Commons (detalle). Licencia CC.

Actividad desplegable

2) Identifica el orden arquitectónico al que pertenecen los templos de las fotografías.

Ejercicio 2_1
Imagen de E. Erickson en Wikimedia Commos. Dominio público
Ejercicio 2_2
Imagen de DerHexer en Wikimedia Commons. Licencia CC BY-SA
Ejercicio 2_3
Imagen de Dingy en Wikimedia Commons.  Licencia CC BY-SA
Ejercicio 2_3
Imagen de Greenshed en Wikimedia Commons. Dominio público
Ejercicio 2_5
Imagen de Jebulon en Wikimedia Commons. Dominio público
Ejercicio 2_6
Imagen de Mar del Sur en Wikimedia Commons. Licencia CC BY-SA

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