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5.2.3. El monasterio

El monasterio medieval era el centro religioso, habitacional, cultural y administrativo de las órdenes monásticas.

En la orden benedictina se suceden dos modelos artísticos, que se corresponden con las dos grandes reformas de la orden:

  • En primer lugar está la reforma cluniacense (siglo XI), que establece las bases del arte románico.
  • En segundo lugar viene la reforma cisterciense (siglo XII) (llamada así por la abadía de Cîtaux) (s. XII). Esta intenta dar un mayor rigor a la regla de pobreza y alejamiento del mundo. Los cistercienses crean un arte mucho más austero, aunque también luminoso. Introducen además el arco apuntado y la bóveda de crucería, que poco después adoptará el gótico. Marca, por tanto, el inicio de la transición hacia el gótico.

Pese a estos cambios, el monasterio se desarrolla de acuerdo a un modelo común. Consta de las siguientes partes:

  • Iglesia: con amplia cabecera en las iglesias abiertas al público de los cluniacenses; de nave única y cabecera plana en las iglesias cerradas de los cistercienses.
  • Claustro: adosado a la iglesia, es el centro de la vida monástica, en torno al cual se abren las demás dependencias. Se trata de un patio cuadrangular rodeado de galerías limitadas por arquerías. En los monasterios cluniacenses las arquerías aparecen profusamente historiadas, especialmente en los capiteles, mientras en los cistercienses la decoración desaparece.
  • Dependencias monásticas dispuestas en torno al claustro: sala capitular; refectorio; cilla o granero; mandatum; etc.
Planta de monasterio
Reconstrucción de la planta original del monasterio de Santo Domingo de Silos (Burgos) (siglos XI-XII)
Imagen de José-Manuel Benito en Wikimedia Commons. Dominio público