Durante la II Guerra Mundial la España franquista se presentaba como país amigo de Alemania e Italia, aunque declaraba su "no beligerancia", es decir, la ausencia de participación directa en la guerra. Pese a ello, Franco facilitaba a Alemania e Italia apoyo logístico y materias primas estratégicas. Además, organizó el envío al frente ruso de tropas teóricamente voluntarias, la División Azul, formada por falangistas convencidos, militares y otros españoles a los que se daba así la posibilidad de "limpiar" un pasado republicano. Solo a partir de 1942, cuando la victoria alemana comenzaba a ser cada vez más dudosa, esta "no beligerancia" se convirtió en auténtica neutralidad, que se plasmó, entre otros gestos, en la retirada de la División Azul.
De esa forma, el contexto internacional favoreció la asimilación del Estado franquista con un Estado totalitario de corte fascista, en el que predomina la Falange. La figura política más destacada del momento tras Franco era Ramón Serrano Suñer, cuñado del dictador (se le llamaba el "cuñadísimo") que representaba el sector de la Falange más favorable a la Alemania nazi. Ese sector comenzó a perder protagonismo precisamente a partir de 1942, momento en que Serrano Suñer fue apartado del gobierno.
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| Un oficial alemán de la Legión Condor, una unidad alemana que luchó con el bando "nacional" durante la Guerra Civil, entrena a soldados de dicho bando en 1939. Imagen de Bundesarchiv en Wikimedia Commons. Licencia CC. |
Franco en 1940 junto con Heinrich Himmler (a la izquierda del dictador), uno de los hombres de confianza de Hitler. A la derecha, con uniforme de la Falange, aparece Serrano Suñer, cuñado de Franco y figura predominante del régimen en aquel momento. Imagen de Bundesarchiv en Wikimedia Commons. Licencia CC. |
Durante estos primeros años de la posguerra, el franquismo procedió a una durísima represión política, al servicio de la cual se promulgó la Ley de Responsabilidades Políticas (1939) y la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo (1940), además de endurecerse el Código Penal y Militar. Por otra parte, las relaciones laborales quedaron reguladas por el Fuero del Trabajo (1938), basado en la Carta del Lavoro de la Italia fascista, que imponía los principios del sindicalismo vertical bajo la dirección de la Falange. El Fuero del Trabajo fue la primera de las llamadas Leyes Fundamentales del Estado, un conjunto reducido de leyes que definieron el Estado durante el período franquista.


