La evolución política de la República durante la guerra civil puede sintetizarse como un proceso lento y difícil de encauzamiento y control de la revolución, cuyo fin es transformar el entusiasmo revolucionario, poco práctico en las grandes operaciones militares, en efectividad militar. En ese proceso se pueden distinguir tres grandes fases:
-
Breves gobiernos republicanos (julio-septiembre de 1936). Tras la dimisión del entonces Presidente del Gobierno, Casares Quiroga, a raíz del golpe de Estado se sucedieron las breves presidencias de Martínez Barrio y José Giral. Se trata de dos intentos fracasados de controlar la revolución desde gobiernos controlados por la izquierda liberal. La falta de disciplina entre las milicias se tradujo en el desencadenamiento de una violenta represión contra todo sospechoso de simpatizar con el bando nacional. Como es habitual en estos casos, muchos inocentes murieron, a menudo como resultado de querellas personales que se disfrazaban ahora de política. Lo mismo ocurría en el bando nacional.
- Gobierno de concentración de Largo Caballero (septiembre de 1936-mayo de 1937). El nuevo gobierno de Largo Caballero concentró todas las fuerzas de izquierdas bajo la dirección del PSOE. Su objetivo era absorber la revolución para contenerla. Para ello integró a los elementos revolucionarios en el gobierno, incluyendo por primera vez ministros anarquistas. Entre éstos se encontraba la anarquista Federica Montseny, que fue nombrada Ministra de Sanidad, convirtiéndose en la primera ministra de la Historia de España. El gobierno de Largo Caballero restableció la autoridad de las fuerzas de orden público e intentó integrar en el ejército a las indisciplinadas milicias obreras. Además concedió el Estatuto de Autonomía al País Vasco. Sus principales problemas fueron el aumento de la influencia del PCE, hostil a Largo Caballero, y el estallido en Barcelona de una guerra civil entre gobierno catalán y PCE, por un lado, y CNT y POUM por el otro. Atrapado entre la necesidad de preservar el orden y su hostilidad al PCE, Largo Caballero tuvo que dimitir bajo la presión de éste último.
-
Tras el fracaso de la táctica de Largo Caballero de encauzar la revolución, comunistas, socialistas moderados y republicanos apoyaron la composición de un gobierno presidido por el socialista Juan Negrín (mayo de 1937-marzo de 1939). Su objetivo era establecer una autoridad firme que pudiera lograr la eficacia militar. Para ello ejerció un control enérgico de la revolución, trató de acabar con las disputas internas y adoptó la fórmula de una república más moderada en la cuestión social, capaz de calmar a las asustadas clases medias. Los principales problemas fueron el imparable avance militar del bando nacionalista y el creciente predominio del PCE, que gracias al apoyo soviético y a su capacidad organizativa se fue haciendo con todos los resortes de poder (policía, ejército...).
Tras la caída de Cataluña, el general Casado, jefe de lo que restaba del ejército republicano, formó la Junta de Defensa con socialistas moderados y miembros de la CNT, unidos por su común anticomunismo. Ésta se levantó contra el gobierno para intentar negociar la paz, iniciando una guerra civil en Madrid. Pero la ocasión fue aprovechada por Franco para entrar en la capital y exigir la rendición incondicional del bando republicano.