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5.2. El bando republicano

Frente al bando nacional, la situación política en el bando republicano se caracteriza por la dificultad para coordinar la dirección de la guerra. La causa es la debilidad del gobierno republicano por sus divisiones internas, la fragmentación territorial del poder y el protagonismo alcanzado por las milicias obreras. Con respecto a éstas, vemos cómo en el movimiento obrero van a luchar, a menudo violentamente, dos concepciones distintas de la estrategia a seguir:

  1. Manifestación republicana
    Milicianas comunistas desfilan durante una manifestación republicana en Madrid (noviembre de 1936)
    Imagen del PCE en Europeana. Licencia CC.
    El PCE, el sector moderado del PSOE y el sector más moderado de la CNT opinaban que la victoria militar sobre el fascismo era prioritaria a la revolución social. Por ello era preciso aliarse a la izquierda burguesa.
  2. La mayoría de la CNT, la FAI, el POUM, el sector dominante de la UGT y el ala más radical del PSOE sostenían que la debilidad del Estado burgués era una ocasión idónea para iniciar la revolución y que el esfuerzo bélico sólo tenía sentido si estaba subordinado a ésta. Representantes de este sector procedieron a la colectivización de campos, sobre todo en Aragón, e industrias y servicios, sobre todo en Cataluña.

La evolución política de la República durante la guerra civil puede sintetizarse como un proceso lento y difícil de encauzamiento y control de la revolución, cuyo fin es transformar el entusiasmo revolucionario, poco práctico en las grandes operaciones militares, en efectividad militar. En ese proceso se pueden distinguir tres grandes fases:

  1. Largo Caballero
    Largo Caballero (con sombrero) junto al líder comunista Santiago Carrillo (con las gafas en la mano) visitando el frente de Guadarrama.
    Imagen en Biblioteca Nacional de España. Hemeroteca Digital. Licencia CC.
    Breves gobiernos republicanos (julio-septiembre de 1936). Tras la dimisión del entonces Presidente del Gobierno, Casares Quiroga, a raíz del golpe de Estado se sucedieron las breves presidencias de Martínez Barrio y José Giral. Se trata de dos intentos fracasados de controlar la revolución desde gobiernos controlados por la izquierda liberal. La falta de disciplina entre las milicias se tradujo en el desencadenamiento de una violenta represión contra todo sospechoso de simpatizar con el bando nacional. Como es habitual en estos casos, muchos inocentes murieron, a menudo como resultado de querellas personales que se disfrazaban ahora de política. Lo mismo ocurría en el bando nacional.
  2. Gobierno de concentración de Largo Caballero (septiembre de 1936-mayo de 1937). El nuevo gobierno de Largo Caballero concentró todas las fuerzas de izquierdas bajo la dirección del PSOE. Su objetivo era absorber la revolución para contenerla. Para ello integró a los elementos revolucionarios en el gobierno, incluyendo por primera vez ministros anarquistas. Entre éstos se encontraba la anarquista Federica Montseny, que fue nombrada Ministra de Sanidad, convirtiéndose en la primera ministra de la Historia de España. El gobierno de Largo Caballero restableció la autoridad de las fuerzas de orden público e intentó integrar en el ejército a las indisciplinadas milicias obreras. Además concedió el Estatuto de Autonomía al País Vasco. Sus principales problemas fueron el aumento de la influencia del PCE, hostil a Largo Caballero, y el estallido en Barcelona de una guerra civil entre gobierno catalán y PCE, por un lado, y CNT y POUM por el otro. Atrapado entre la necesidad de preservar el orden y su hostilidad al PCE, Largo Caballero tuvo que dimitir bajo la presión de éste último.
  3. Cartel de la UGT llamando a la unidad
    Cartel de la UGT en 1938 llamando a la unidad (Autor: H)
    Imagen del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Uso con fines educativos.
    Tras el fracaso de la táctica de Largo Caballero de encauzar la revolución, comunistas, socialistas moderados y republicanos apoyaron la composición de un gobierno presidido por el socialista Juan Negrín (mayo de 1937-marzo de 1939). Su objetivo era establecer una autoridad firme que pudiera lograr la eficacia militar. Para ello ejerció un control enérgico de la revolución, trató de acabar con las disputas internas y adoptó la fórmula de una república más moderada en la cuestión social, capaz de calmar a las asustadas clases medias. Los principales problemas fueron el imparable avance militar del bando nacionalista y el creciente predominio del PCE, que gracias al apoyo soviético y a su capacidad organizativa se fue haciendo con todos los resortes de poder (policía, ejército...).
Juan Negrín
Juan Negrín
Imagen en Wikimedia Commons. Dominio público.

Tras la caída de Cataluña, el general Casado, jefe de lo que restaba del ejército republicano, formó la Junta de Defensa con socialistas moderados y miembros de la CNT, unidos por su común anticomunismo. Ésta se levantó contra el gobierno para intentar negociar la paz, iniciando una guerra civil en Madrid. Pero la ocasión fue aprovechada por Franco para entrar en la capital y exigir la rendición incondicional del bando republicano.

Para profundizar

La guerra de los carteles

Una de las característica que hace de la Guerra Civil Española una guerra contemporánea es el uso masivo que se hizo en ella de la propaganda. Todos los medios modernos se pusieron al servicio de ella, desde la megafonía a la radio, pasando por la prensa. Pero probablemente el rey de la propaganda fue el cartel. Por las paredes de toda España los carteles de ambos bandos competían por introducir sus mensajes con pocas palabras y diseños impactantes.

Carteles de propaganda de movimientos de izquierda Republicanos eliminando carteles franquistas
Muro cubierto de carteles de partidos y sindicatos obreros
Imagen del PCE en Europeana. Licencia CC.
Un soldado republicano quita carteles de Franco y José Antonio Primo de Rivera en el Frente del Ebro.
Imagen del PCE en Europeana. Licencia CC.