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| Franco fotografiado en 1937 Imagen en Biblioteca Nacional de España. Hemeroteca Digital. Licencia CC. |
En los territorios dominados por los sublevados se impuso una dictadura militar que ejercía una estricta censura y procedió a una dura represión. El poder lo detentaba inicialmente la Junta Nacional de Defensa, con sede en Burgos, de la que Franco no era sino un miembro más. A partir de este momento se dan dos procesos relacionados.
Por un lado, se observa el ascenso de Franco al mando único. El general Sanjurjo, líder natural de la sublevación, murió en un accidente de avión mientras se dirigía desde Portugal a España. Por su parte, el general Goded fue capturado y ejecutado en la zona republicana. Quedaban básicamente dos contendientes por el mando supremo: Mola y Franco. Pero los modestos resultados militares de Mola en el 36 y los éxitos bélicos de las tropas de Franco hicieron que la Junta de Defensa acabara eligiendo a éste como mando supremo. El 1 de octubre de 1936 Franco era nombrado Jefe de Estado y Generalísimo, títulos que no abandonaría hasta 1975.
Mientras esto sucedía, se procedía a la abolición de la obra de la República. Se prohibieron los sindicatos y los partidos republicanos y obreros. Se abolió la reforma agraria. Se abolió igualmente la separación entre Iglesia y Estado. A cambio de recuperar su vieja preeminencia, la Iglesia católica se asoció al nuevo régimen, al que bendijo como una "cruzada nacional". De esa forma se daba una justificación a la vez nacionalista y religiosa de la sublevación. Ésta tendría por objetivo, según la Iglesia, defender los valores católicos, identificados con los valores nacionales. El adversario era tachado de esa forma como traidor a la patria y enemigo de la fe cristiana. De esta alianza entre el mensaje de Franco y el de la Iglesia saldría el término que definiría más tarde al régimen: el nacionalcatolicismo.
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| Franco realiza el saludo fascista en una conmemoración de la muerte de José Antonio Primo de Rivera en 1938. Durante ese período Franco hizo uso del discurso y símbolos fascistas de la Falange. En el extremo derecho de la fotografía aparece el falangista Ramón Serrano Suñer, cuñado de Franco (se le llamaba "el cuñadísimo") y uno de los hombres más poderoso del régimen durante sus primeros años. Imagen en Biblioteca Nacional de España. Hemeroteca Digital. Licencia CC. |



