La caída de Pi y Margall llevó a la presidencia a Nicolás Salmerón. Bajo su gobierno predominaron los republicanos unitarios y los progresistas radicales. Su objetivo era construir una República centralista, con tendencias más conservadoras. Pero Salmerón resultaba demasiado moderado para los defensores del orden, representados especialmente por los sectores militares que estaban adquiriendo un creciente protagonismo por la prolongada guerra.
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| Nicolas Salmerón (1838-1908), tercer presidente de la I República. Retrato de Madrazo en Wikimedia Commons. Dominio público. |
Emilio Castelar (1832-1899), cuarto presidente de la I República. Fotografía del taller de Nadar en gallica.bnf.fr. Dominio público. |
Así, Salmerón fue sustituido en la presidencia por Emilio Castelar. Este fue mucho más firme a la hora de establecer una República de orden. Para acabar con la guerra civil y la agitación obrera y republicana suspendió las garantías constitucionales y gobernó por decreto, con independencia de las Cortes. Estableció así un sistema próximo a una dictadura presidencialista. No obstante, el creciente recurso del gobierno de Castelar a los militares permitió a estos tomar las riendas de la situación. El detonante para ello fue el intento de la izquierda federal de recuperar el poder. La retirada de la confianza de las Cortes al gobierno de Castelar precipitó el 3 de enero de 1874 el Golpe de Estado del General Pavía. Por primera vez el golpe de Estado se realizaba en España mediante la entrada de tropas en las Cortes.
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| Entrada en el Congreso de las tropas dirigidas por el general Pavía el 3 de enero de 1874 (La Ilustración Española y Americana, 15/1/1874) Imagen en Biblioteca Nacional de España. Hemeroteca Digital. Licencia CC. |
El general Serrano asumió de nuevo la presidencia, contando con el apoyo de los constitucionalistas de Sagasta. Pero esta especie de dictadura republicana no despertaba ningún entusiasmo entre la izquierda y desde luego no era la opción deseada por la derecha. Los alfonsinos, dirigidos por Cánovas, aprovecharon el fracaso republicano, logrando presentarse ante las clases acomodadas españolas como la garantía del restablecimiento del orden. El 29 de diciembre de 1874 el general Martínez Campos se pronunció en Sagunto, proclamando rey a Alfonso XII. La monarquía borbónica había sido restaurada.


