Saltar la navegación

4.2. La República federal (junio-julio de 1873)

Francisco Pi y Margall
Francisco Pi y Margall (1824-1901), segundo presidente de la I República.
Cuadro de J. Sánchez Pescador en Wikimedia Commons. Dominio público.

A continuación tomaron la dirección del régimen los republicanos federales, bajo la presidencia de Francisco Pi y Margall. El objetivo de Pi y Margall era convertir España en una república federal, dotada de la sólida base legal de una constitución (que no llegó a ser promulgada) y alcanzar ese objetivo por medios legales y tácticas reformistas. Pero su proyecto se encontró con dificultades insuperables. Por un lado se reprodujeron las intentonas golpistas para derribar al gobierno, que ahora estaban protagonizadas sobre todo por los radicales. Por otro lado la guerra carlista experimentó un recrudecimiento, perdiendo el gobierno todo control sobre los focos carlistas.

Pero la dificultad más insuperable vino de las propias filas del federalismo. Los sectores más extremistas del federalismo no aceptaron el modelo de federación desde arriba impulsado por Pi y Margall, que les parecía demasiado moderado. Abandonaron las Cortes y animaron a las bases republicanas a sublevarse para construir la federación desde abajo, desde las propias localidades. Su mensaje alcanzó un amplio eco.

Escuela de republicanos
Pi y Margall, abrumado en su silla, se ve incapaz de controlar a los federales más extremistas, representados como revoltosos alumnos, muchos de ellos vestidos con trajes regionales. Mientras tanto, Castelar trata de enseñarles la necesidad de conciliar República y orden (La Flaca 9/7/1873. Autor: Tomás Padró)
Imagen en Wikimedia Commons. Dominio público.
Levantamiento cantonalista en Sevilla
Toma de una barricada en la Plaza de san Francisco durante el levantamiento cantonalista de Sevilla (La Ilustración Española y Americana, 8/8/1873)
Imagen en Biblioteca Nacional de España. Hemeroteca Digital. Licencia CC.

Se extendió así el movimiento cantonalista. Se llama cantón a cada uno de los pequeños estados regionales que componen la confederación suiza. El movimiento cantonalista fue un movimiento revolucionario que pretendía independizar a cada municipio, comarca o provincia del poder central, creando federaciones de base local de cuya asociación voluntaria nacería el nuevo Estado federal español. El movimiento se extendió por numerosas poblaciones, especialmente en Andalucía y las regiones mediterráneas, y tuvo que ser sofocado por las armas. El movimiento era muy confuso. En primer lugar, porque cada población hacía la guerra por su cuenta. En segundo lugar, porque en paralelo a las reivindicaciones federalistas existían sublevaciones obreras coordinadas por la I Internacional, que a menudo se mezclaron con el cantonalismo. Así, por ejemplo, la importante rebelión cantonal de Sanlúcar de Barrameda fue preparada no por republicanos sino por el movimiento obrero. Poco a poco las rebeliones fueron dominadas. Los cantones que más tiempo aguantaron fueron Málaga, que resistió hasta septiembre de 1873, y Cartagena, que no fue tomada por el ejército hasta enero de 1874.

Cantonalismo y carlismo
Carlismo, cantonalismo y movimiento obrero durante la I República
Imagen de Tyk en Wikimedia Commons (modificada). Licencia CC.

El cantonalismo acabó con la república federal. En primer lugar, dividió en dos bandos a los federales. En segundo lugar, hizo que el resto de la sociedad española viera a los republicanos federales como un grupo peligroso, haciendo caer el prestigio de dirigentes más moderados como Pi y Margall, a quien se acusó de falta de firmeza.