6.1. Paisajes de la España atlántica

Los paisajes de la España atlántica se localizan en la fachada atlántica, allí donde predomina el clima oceánico. Su estructura agraria se caracteriza por una población rural envejecida y en descenso, que ocupa el suelo con un modelo de poblamiento disperso en aldeas y caseríos. El minifundismo está más extendido que en otras regiones, si bien se ha intentado corregir en las últimas décadas mediante políticas de concentración parcelaria.

La agricultura ocupa en estos paisajes una superficie poco extensa, concentrada sobre todo en el fondo de los valles. Predomina el secano, gracias a regularidad de las precipitaciones. Junto al policultivo tradicional destinado al autoconsumo, y en el que predominan los productos hortofrutícolas, la cebada y el centeno, se observa actualmente una mayor especialización en cultivos de huerta y plantas forrajeras. Destaca especialmente la patata, bien adaptable a climas húmedos, cultivo que ocupa en Galicia, junto a las Canarias, su mayor superficie relativa.

Paisaje rural atlántico en Santo Adriano (Asturias) Imagen de Víctor Fernández Salinas en Flickr. Licencia CC.

Pero en este paisaje es la ganadería la que predomina en los usos del suelo, tanto por el clima húmedo y la orografía accidentada, como por la creciente demanda urbana. Se trata sobre todo de ganadería bovina, orientada a la obtención de carne y leche. Se explota en régimen extensivo, aprovechando prados y pastizales naturales, o bien en régimen mixto, que combina el anterior con ganadería estabulada. En Galicia predomina la pequeña y media explotación familiar, mientras se da una mayor modernización empresarial en la en fachada cantábrica. También es frecuente la ganadería a tiempo parcial, protagonizada por personas cuya principal actividad profesional no es ganadera. Tras la integración en la Comunidad Económica Europea, este sector atravesó grandes dificultades, debidas a los fuertes excedentes de carne y leche de la actual Unión Europea, lo que implicó la imposición de cuotas, la reducción de la producción y un aumento de la competencia.

Para concluir, la explotación forestal es una actividad también importante, gracias al clima y la orografía, destinándose la madera especialmente a la fabricación de muebles y la elaboración de papel.