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6.4. La pintura gótica

Las dos grandes artes plásticas del gótico, la pintura y la escultura, comparten los rasgos generales que ya hemos tratado al hablar de la escultura. De esa forma, podemos sintetizar las características de la pintura gótica por los siguientes rasgos:

  • Retorno al naturalismo.
  • Elegancia, plasmada en el gusto por los ritmos ondulados y las formas estilizadas.
  • Mayor vivacidad de las figuras, que rompen con la ley de frontalidad.
  • Abandono del hieratismo y expresión de los sentimientos de los personajes, que se muestran cercanos y se comunican entre sí.
  • Composiciones más realistas, con mayor énfasis en lo anecdótico o cotidiano. A este respecto, la pintura gótica sigue mostrando un cierto desinterés por los fondos, que a menudo sustituye por un fondo plano dorado, producto de la influencia bizantina. A menudo se introducen perspectivas, especialmente en la representación de arquitecturas y ambientes urbanos, pero estas perspectivas no son realistas.
  • Detallismo en las representaciones.
  • Representación más humanizada, cercana y amable de lo divino.
  • Cambios en la iconografía que dan mayor espacio al Nuevo Testamento y a la representación de los poderes emergentes en la Plena y Baja Edad Media: reyes, obispos, órdenes mendicantes, gobiernos municipales, gremios...

La pintura gótica experimenta también algunos cambios específicos en sus técnicas y soportes:

  • La pintura al temple sobre tabla gana importancia con respecto a la pintura mural al fresco, ya que la superficie de muro en la arquitectura gótica disminuye. Además, se desarrolla en Flandes una nueva técnica, la pintura al óleo sobre tabla.
  • El formato más empleado en la pintura sobre tabla es el retablo, especialmente en forma de dípticos, trípticos y polípticos, que evolucionan desde unas dimensiones modestas hasta los grandes retablos pintados del Gótico peninsular.

Para profundizar

Manuscritos iluminados

No toda la pintura se realizaba sobre tablas o sobre muros. En la Edad Media y Moderna era costumbre embellecer los manuscritos más lujosos con decoraciones pintadas, desde cenefas decorativas a escenas pictóricas a toda página, pasando por letras capitales. Estas ilustraciones eran llamadas miniaturas o iluminaciones. Gracias a esa costumbre, la pintura sobre pergamino y otros soportes escritos (como el papel) se convierte en uno de los principales exponentes de la pintura medieval y moderna y en una fuente fundamental para el estudio de la evolución de la pintura entre el Románico y el Renacimiento. Los grandes miniaturistas góticos destacan por la belleza y elegancia de sus trabajos. Ya hemos visto un ejemplo en el apartado 6.1, en el que podemos observar el tránsito del Gótico al Renacimiento en una obra del gran autor francés Jean Fouquet. Aquí puedes ver otros dos ejemplos.

Festín de boda Anunciación
Festín de boda (Philippe Camus, Histoire d'Olivier de Castille et d'Artus d'Algarbe. BNF francés 12574, 181v, siglo XV)
Imagen de la Biblioteca Nacional Francesa en Gallica. Dominio público.
Maestro del Paramento de Narbona, Anunciación (Las muy ricas horas de Nuestra Señora. BNF NAL 3093, 1v, fines del XIV-comienzos del XV)
Imagen de la Biblioteca Nacional Francesa en Gallica. Dominio público.