6.1. Características generales de la arquitectura gótica
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| Imagen de elaboración propia |
6.1.1. Contexto histórico del arte gótico
El término gótico fue acuñado por el primer historiador del arte, el renacentista Giorgio Vasari para describir al arte anterior, al que consideraba bárbaro. Gótico es el adjetivo de godo, el pueblo bárbaro que gobernó en la Alta Edad Media en lugares como la Península Ibérica (visigodos) e Italia (ostrogodos).
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| Construcción de una catedral gótica. Ilustración de Jean Fouquet en un manuscrito de las Antigüedades Judías de Flavio Josefo (manuscrito BNF francés 247, 163r, 1410-1420) Imagen de la Biblioteca Nacional Francesa en Gallica. Dominio público. |
El gótico es el arte característico de la Plena y Baja Edad Media. Nace en Francia en torno a 1150 y se mantiene en algunas partes de Europa hasta 1550, conviviendo desde 1400 con el arte renacentista. Sus formas arquitectónicas persisten posteriormente en países como Inglaterra y se recuperan durante la arquitectura romántica del siglo XIX (neogótico).
Frente al carácter rural, feudal y apocalíptico del arte románico, el gótico es el arte propio de un nuevo período del Medievo. Este nuevo período se caracteriza por los siguientes rasgos:
- el desarrollo de la economía mercantil y con ella el ascenso de la burguesía y de un floreciente sector artesanal, en buena medida controlado por los gremios;
- el renacimiento de las ciudades y su conversión en centro político, social, económico, intelectual y religioso;
- el fortalecimiento de la monarquía y su uso de la ciudad como centro de poder;
- el encumbramiento de la posición del obispo por encima de los monasterios;
- la conversión de una parte importante de la nobleza en nobleza urbana y cortesana;
- la aparición de una nueva espiritualidad, patrocinada por las nuevas órdenes mendicantes (franciscanos, dominicos) asentadas en conventos urbanos, que se caracteriza por el desarrollo de la espiritualidad y la piedad personal, el deseo místico de elevación a Dios, la reconciliación con el mundo material, por cuanto es obra de Dios, y la valoración estética de la luz como manifestación de Dios.
1.2. La arquitectura gótica
La arquitectura gótica nace de la transformación del románico gracias a las aportaciones que introduce en él el arte cisterciense: arco apuntado y bóveda de crucería. El estilo gótico desarrolla esos elementos románicos como respuesta a una nueva estética y como resultado de una mayor capacidad técnica.
Los rasgos fundamentales de esa nueva estética son dos:
- La luminosidad como signo de la presencia divina.
- La elevación como signo de movimiento espiritual ascendente, lo que conduce a un alargamiento de las formas, tanto en la arquitectura como en las artes figurativas.
El resultado es la aparición de nuevos elementos arquitectónicos y un nuevo estilo de decoración. En cuanto a los elementos arquitectónicos, definen el estilo dos elementos sustentados : el arco apuntado y la bóveda de crucería.
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| Arco apuntado Imagen de Lansettbåge en Wikimedia Commons. Licencia CC |
El arco apuntado es el arco característico del gótico (aunque no es una creación original gótica). Se trata de un arco formado por dos arcos de circunferencia trazados a partir de dos centros. De esa forma, el arco acaba en punta y muestra un diseño más vertical. Los dos arcos de circunferencia que forman el arco apuntado se apoyan mutuamente. Eso lo hace más ligero y reduce los empujes laterales, permitiendo incrementar la altura. Aunque el arco apuntado caracteriza el gótico, va a coexistir, a medida que madura este estilo, con arcos de proporciones más anchas: arco rebajado, arco carpanel, arco conopial...
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| Imágenes de Matts Haldin en Wikimedia Commons (izquierda; centro; derecha). Llicencia CC |
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| Bóveda de crucería Iglesia de San Pedro y San Pablo de Ablis (Francia) Imagen de Florestan en Wikimedia Commons. Licencia CC |
La bóveda de crucería es una bóveda construida mediante el trazado en cuadrado de arcos apuntados (dos formeros y dos fajones) unidos en diagonal mediante arcos ojivales. Todos estos arcos tienen una función estructural y quedan visibles como nervios. Poco a poco estos nervios se acompañarán de otros con funciones exclusivamente decorativas, lo que acabará dando lugar a espectaculares bóvedas estrelladas.
Bóvedas góticas
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| Crucero de la Catedral de Sevilla Imagen de Pom2 en Wikimedia Commons. Licencia CC |
En cuanto a los elementos sustentantes, los arcos y bóvedas apoyan en gruesos pilares, en los que las antiguas columnas adosadas tienden a convertirse en delgados baquetones que continúan hasta el suelo las nervaduras de la bóveda y las molduras de los arcos.
Los empujes laterales de las bóvedas de crucería, menores que los de las bóvedas de medio cañón, se contrapesan con el empuje contrario de las bóvedas de crucería de las naves laterales y con el de los arbotantes. Estos son arcos exentos (fruto de la evolución de las antiguas bóvedas de cuarto de cañón de las tribunas) trazados por encima de la cubierta de las naves laterales. Apoyan por un lado en los pilares de la nave central y por otro en los grandes estribos exteriores, que se prolongan sobre las naves laterales y son coronados por pináculos. El resultado es una concepción dinámica del edificio. Éste se basa en el contrarresto de fuerzas en contraposición al románico, que se basaba en la oposición de fuerzas estáticas a los empujes de la cubierta.
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| Esquema del alzado de una iglesia gótica Imagen de Solbaken en Wikimedia Commons (modificada). Licencia CC |
Todo ello permite dos cosas:
- Una mayor elevación de la cubierta y mayores dimensiones de los edificios.
- La posibilidad de prescindir en mucha mayor medida de los muros, que ya no tienen tanta función estructural. Por ello es posible trazar cada vez mayores ventanales en los muros, llegando a predominar sobre éstos. Posiblemente el ejemplo más bello de este fenómeno es la Sainte-Chapelle de París (1242-1248).
Arbotantes, estribos y pináculos
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| Ábside de la Catedral de Notre-Dame de París Imagen de Guilhem Vellut en Wikimedia Commons. Licencia CC |
Arbotantes, estribos y pináculos
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| Arbotantes y pináculos en la Catedral de Sevilla Imagen de Fabio Alessandro Locati en Wikimedia Commons. Licencia CC |
Para concluir, la decoración gótica es muy diferente de la del románico. Es fácil de identificar por las siguientes características.
- Riqueza decorativa, concentrada en portadas, vanos, cubiertas y retablos.
- Recuperación del gusto por la decoración vegetal naturalista.
- Decoración geométrica basada en el entrecruzamiento de arcos: la tracería gótica.
- Ventanales con vidrieras polícromas y tracerías, destacando los grandes rosetones.
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