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Introducción

La Meca Aviso legal
La Meca era un lugar sagrado de los árabes ya antes del nacimiento del Islam.
Imagen de Al Jazeera English en Flickr. Licencia CC.

A comienzos del siglo VII los árabes habitaban la Península Arábiga. Era un pueblo nómada organizado en tribus extensas, dedicadas a la ganadería, el comercio y la guerra. A lo largo de las rutas de caravanas surgieron ciudades, entre las que destacaba La Meca, principal centro religioso. En aquel momento la mayoría de los árabes eran politeístas, aunque muchos se habían convertido a las religiones cristiana y judía.

Esa era la situación cuando Mahoma, un comerciante de La Meca, comenzó a predicar una nueva religión monoteísta: el Islam. El Islam cree en un único dios, Alá, a cuya voluntad el creyente debe someterse por completo (Islam significa en árabe sumisión). Alá se comunica con la humanidad mediante profetas, entre los cuales los musulmanes incluyen a los profetas judíos y a Jesús. Sin embargo, los judíos y los cristianos habrían malinterpretado una gran parte del mensaje de Alá. Por eso, Alá habría escogido a un último profeta para transmitir la versión definitiva de su revelación. Ese último profeta es Mahoma, cuyas revelaciones forman el Corán, el libro sagrado de los musulmanes.

El Corán regula todos los aspectos de la vida social y política de los musulmanes. Por eso su predicación entró pronto en conflicto con el poder político establecido. Los seguidores y adversarios de Mahoma se enfrentaron y pronto el conflicto religioso se convirtió en una guerra entre tribus. En el año 622 Mahoma huyó de La Meca a la ciudad de Medina, donde creó el primer estado musulmán. A la huida de Mahoma a Medina se le llama la Hégira y para los musulmanes es tan importante que cuentan sus años a partir de ese momento.

Caballeros musulmanes
Desfile de caballeros musulmanes (Makamat de Hariri, 1237. Manuscrito BNF Árabe 5847, 19r)
Imagen de la Biblioteca Nacional Francesa en Gallica. Dominio público.

En los siguientes años Mahoma logró unir a todas las tribus árabes bajo su mando y la religión islámica. Tras su muerte, en el 632, las energías de las tribus árabes se volvieron contra sus vecinos. La búsqueda de botín y el deseo de extender la religión musulmana llevó al nuevo Estado a expandirse a una velocidad asombrosa. De esa forma se creó el Imperio Islámico, que llegó a extender sus fronteras desde los Pirineos hasta el Indo.

Los musulmanes entendían que toda la comunidad de creyentes debía estar unida bajo un solo gobernante, el califa, que era a la vez el líder político y espiritual de todos los musulmanes. Hubo dos grandes dinastías de califas, los Omeya, que gobernaron desde Damasco (Siria) entre el 661 y el 750, y los abbasíes, que gobernaron desde Bagdad (Irak) a partir del 750. Cuando el Imperio Islámico creció mucho, los califas tuvieron que confiar los territorios más alejados a gobernadores. Los más poderosos de estos eran los emires, que eran comandantes militares a los que se encomendaba el gobierno de un territorio amplio. Pero con el tiempo los emires se fueron haciendo cada vez más independientes y el imperio islámico se fragmentó en numerosos estados.

Expansión del Imperio Islámico
Modificación propia de imagen de Rowanwindwhistler y Romain0 en Wikimedia Commons. Licencia CC.

La unidad política y religiosa del Islam permitió una integración económica y cultural de todo el mundo islámico. El árabe se convirtió en la lengua dominante, no solo por ser la lengua de la minoría dominante sino sobre todo por ser la lengua sagrada del Corán. Como entre los convertidos al Islam había muchos bizantinos y persas, la cultura árabe absorbió la cultura de las civilizaciones urbanas grecorromana y persa. De esa forma, el Islam conservó y difundió la civilización urbana, las técnicas y la cultura de la Antigüedad a lo largo de la Alta Edad Media, cuando en Europa casi se habían perdido. Además, se convirtió en el intermediario entre China, India, África y Europa.

Invasión musulmana
La conquista musulmana de la Península Ibérica
Imagen de José Alberto Bermúdez en Banco de imágenes y sonidos de intef (modificada). Licencia CC.
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En el 711 los musulmanes invadieron la Península Ibérica aprovechando la debilidad y las luchas internas del Reino Visigodo de Toledo. En unos pocos años consiguieron hacerse con el control de casi toda la Península. Solo se resistieron a ellos algunos núcleos cristianos de resistencia en la franja cantábrica y al pie del Pirineo, que con el tiempo comenzarían a expandirse hacia el sur.

Eje cronológico de al-Ándalus
Imagen de elaboración propia.

Los musulmanes llamaron al-Ándalus a la Península Ibérica. Con el tiempo el nombre quedó limitado a la parte de la Península bajo poder musulmán. Hubo Estados musulmanes en la Península Ibérica entre el 711 y 1492. Podemos sintetizar la Historia de al-Ándalus en las siguientes fases:

  1. Entre el 711 y el 756 al-Ándalus estuvo bajo el mando de gobernadores enviados por los califas Omeyas, con capital en Córdoba.
  2. Entre el 756 y el 929 tenemos el Emirato de Córdoba. Lo fundó Abd al-Rahman I (o Abderramán I), un Omeya que logró escapar del golpe de Estado abbasí y conquistó el poder en al-Ándalus. De esa forma al-Ándalus se convirtió en un reino independiente desde el punto de vista político, pero desde el punto de vista religioso seguía dependiendo formalmente del Califato.
  3. Entre el 929 y el 1031 se da el Califato de Córdoba. En el 929 Abd al-Rahmán III, tras superar una grave crisis política, decidió fortalecer su poder proclamándose califa, es decir, máxima autoridad política y religiosa de al-Ándalus. El Califato de Córdoba representa el momento de máximo esplendor político, económico y cultural de al-Ándalus.
  4. A partir de 1031 al-Ándalus se fragmentó en numerosos reinos independientes que se conocen como reinos de taifas. La división política musulmana fue aprovechada por los reinos cristianos del norte para expandirse hacia el sur.
  5. Entre 1086 y 1145 al-Ándalus estuvo sometida al Imperio almorávide, un imperio del norte de África que defendía una visión fundamentalista del Islam. Pero con el tiempo el dominio almorávide se debilitó, surgieron nuevas taifas y los cristianos volvieron a avanzar.
  6. Entre 1147 y 1228 al-Ándalus estuvo bajo el dominio del Imperio Almohade, otro imperio norteafricano aún más fundamentalista que los almorávides. Pero el dominio almohade se derrumbó a partir de su derrota contra una coalición cristiana en la Batalla de las Navas de Tolosa (1212). Al-Ándalus volvió a dividirse en taifas, la mayoría de las cuales fueron conquistadas en las siguientes décadas.
  7. Solo el Reino Nazarí de Granada logró mantener su independencia, hasta que en 1492 los Reyes Católicos completaron su conquista.
La Península Ibérica en el siglo IX La Península Ibérica en el 1037
La Península Ibérica en 1170 La Península Ibérica en 1290
Imágenes de José Alberto Bermúdez en Banco de imágenes y sonidos de intef (modificada). Licencia CC.