Saltar la navegación

4.3.4. Formaciones vegetales canarias o macaronésicas

La región macaronésica tiene una riqueza extraordinaria por la múltiple influencia climática y biogeográfica a la que está sometida. Una de las manifestaciones de esa riqueza es la abundancia de endemismos y reliquias entre sus especies. Los endemismos son especies que han evolucionado aisladas de sus parientes más próximas, adquiriendo rasgos únicos que no se dan en ningún otro sitio. Las reliquias son especies o formaciones vegetales que antiguamente estuvieron extendidas por diversas regiones pero que actualmente sólo se conservan en un único lugar.

Dado que las islas canarias son montañosas, el paisaje vegetal canario se dispone en pisos o cliseries, condicionados por la altitud y por la mayor o menor exposición a los vientos alisios del nordeste, que son los que traen la humedad y las precipitaciones a las islas.

  • A nivel del mar se encuentra el piso basal, un espacio árido en el que destacan matorrales como el cardón o la tabaiba.
  • A partir de los 200 metros de altitud se puede encontrar el piso intermedio, algo menos árido y con presencia de árboles adaptados a la sequía, como la palmera, el drago y la sabina.
  • Entre los 800 y 1200 metros, las laderas orientales al nordeste se encuentran a menudo envueltas en nieblas. Por eso se desarrolla el piso termocanario, caracterizado por formaciones boscosas adaptadas a temperaturas cálidas y a la humedad: la laurisilva y el fayal-brezal.
  • Por encima, hasta los 2200 metros, se encuentra el piso canario, en el que las menores temperaturas hacen que predominen coníferas como el pino canario o el cedro canario.
  • Finalmente se encuentra el piso supracanario, una formación arbustiva de de gran riqueza florística, con especies como las violetas del Teide.