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4.3.1. Las formaciones vegetales de clima oceánico

Estas formaciones vegetales son las propias de la región eurosiberiana. Las tres formaciones vegetales principales son el bosque caducifolio, la landa y el prado.

a) El bosque caducifolio

El bosque caducifolio es una formación vegetal caracterizada por el predominio de árboles de hoja caduca, es decir, cuyas hojas caen en otoño y se renuevan en primavera. Son hojas grandes y blandas, óptimas para recoger toda la radiación solar posible y para transpirar, eliminando el exceso de humedad. En las estaciones frías suponen un gasto de nutrientes excesivo para la poca energía solar que pueden absorber. Por eso las hojas caen y el árbol limita su actividad a mantener las raíces y el tronco. El tronco de estos árboles es alto y recto, ya que los árboles vecinos compiten por alcanzar la mayor cantidad posible de luz solar. Además es liso, ya que no necesita mucha protección contra los rayos solares.

Bosque de Irati
La selva de Irati (Navarra) es uno de los ejemplos mejor conservados de bosque caducifolio en la Península Ibérica.
Imagen de Neticola Sny en Flickr. Licencia CC.

Los bosques caducifolios tienen poca variedad de especies arbóreas. El sotobosque (es decir, el estrato vegetal que se desarrolla por debajo de las copas de los árboles, formado fundamentalmente por arbustos y hierbas) es umbrío, húmedo y despejado, dada la escasa radiación solar que logra abrirse paso entre las copas de los árboles. Predominan el helecho y los musgos. Las principales especies arbóreas propias de la vegetación potencial caducifolia son el haya y el roble.

Distribución del haya
Fuente: cartografía de distribución de Hábitat de Interés Comunitario (2007-2012). Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.
Imagen de elaboración propia a partir de información geográfica de Natural Earth, IGN y cartografía digital de Hábitat de Interés Comunitario (2007-2012).
Pulsa en la imagen para ampliar.

El haya es un árbol adaptado al frío y que requiere mucha humedad, pero no mucho sol. Prefiere los suelos calizos, pero se adapta sin problemas a los silíceos. Dadas sus preferencias, es una especie típica de las umbrías de media montaña. El sotobosque de los hayedos es muy pobre. El haya se distribuye especialmente por la vertiente septentrional de la Cordillera Cantábrica y las laderas de media altura del Pirineo, pero también hay importantes hayedos en el Sistema Ibérico y el Macizo Galaico. Su madera se explota económicamente por su calidad.

Hayedo
Hayedo en el Parque Natural del Montseny.
Imagen de Miquel González Page en Flickr. Licencia CC.
Distribución del roble
Fuente: cartografía de distribución de Hábitat de Interés Comunitario (2007-2012). Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.
Imagen de elaboración propia a partir de información geográfica de Natural Earth, IGN y cartografía digital de Hábitat de Interés Comunitario (2007-2012).
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El roble está adaptado a un menor grado de frío y humedad que el haya, preferentemente en suelos silíceos. Por los motivos apuntados suele crecer a menor altitud (menos de 1000 m) y en lugares más expuestos a la solana. Se extiende por todas las regiones de clima atlántico: Galicia, la fachada cantábrica, el norte de Castilla-León y las montañas de media altitud de toda la mitad septentrional de la Península. Su madera es muy valorada por su dureza, si bien es de crecimiento lento, por lo que su valor es elevado. Los robledales a menudo combinan parientes diversos de la misma familia (Quercus). Entre ellos algunos, como el rebollo y el quejigo, están mejor adaptados a zonas con mayor sequía estival.

Roble
Roble centenario en Estalaya (Palencia).
Imagen de Miguel ángel García en Flickr. Licencia CC.

La influencia humana sobre el bosque caducifolio ha sido muy grande. Por un lado el hombre ha potenciado especies de vegetación secundaria como el castaño para aprovechar su madera y fruto. Por otro, ha provocado una intensa deforestación para abrir espacio a prados y cultivos. La pérdida de los usos tradicionales del bosque (leña, carboneo, forraje de ganado doméstico, recolección de frutos del bosque...) ha potenciado la pérdida de superficie forestal. También ha hecho mucho daño la quema del bosque para la obtención de pastos, papel o suelo urbanizable. Por otra parte, el bosque caducifolio se ha degradado por su repoblación masiva con pinos y eucaliptos, que proporcionan una rentabilidad económica a corto plazo, pero empobrecen el suelo e incrementan el riesgo de incendios.

b) La landa

La landa es una formación vegetal de matorral bastante densa y cerrada. Sus principales especies son el brezo, el tojo y la retama. Aparece como vegetación potencial en zonas situadas por encima del área de distribución del bosque o en áreas con suelo pobre. Pero se ha desarrollado mucho como vegetación secundaria por la degradación de bosque caducifolio.

Brezal en León
Landa con predominio de brezos en León.
Imagen de Raúl Hidalgo en Flickr. Dominio público.

c) El prado

Los prados son formaciones herbáceas dominadas por distintas especies de gramíneas. Surgen de forma natural en terrenos elevados, suelos pobres y como primeros colonizadores cuando se abren claros en el bosque. Pero en general son el resultado de la acción humana que clarea los bosques y elimina el matorral para crear pastizales para el ganado. De esa forma, podemos considerar la mayoría de los prados españoles como terrenos cultivados.

Prado en Cantabria
Prado en Cantabria.
Imagen de La Mon1 en Flickr. Licencia CC.