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¿Qué es Tartesos?

El problema de Tartesos

Los nombres tienen su Historia, y esta a veces es larga y confusa. Eso le pasa a Tartesos (o Tartessos, que también se puede escribir así).Como ya te he contado, llamamos Tartesos a la cultura  que floreció en el oeste de Andalucía y el sur de Portugal entre los siglos VIII y VI a.C. y que nació del contacto entre las poblaciones indígenas y los colonizadores fenicios. Esa definición es la que suele emplearse en la arqueología actual. Pero cuando los autores antiguos hablaron de Tartesos hablaron de cosas que no coinciden del todo.

No fueron los fenicios, sino los griegos los que empezaron a escribir sobre Tartesos. En sus primeras navegaciones hacia el Lejano Oeste que era en aquel tiempo la Península dieron el nombre de Tartesos a algo que estaba en la costa al oeste del Estrecho de Gibraltar y que se asociaba a una gran riqueza en metales. Pero ¿qué era ese "algo"? Las historias de esas tierras alejadas estaban envueltas en la leyenda. Para algunos era una región, para otros un centro de comercio (emporio) en la costa, para otros un río, posiblemente el Guadalquivir. Los romanos lo consideraron sobre todo una ciudad, y la mayoría de ellos la identificaron con Cádiz.

La historia más conocida, y una de las más antiguas, nos la cuenta Heródoto (V a.C.). Hablando de la expansión persa en el siglo VI a.C., contaba como los griegos de Focea, una ciudad en Anatolia, trabaron amistad con un rey de Tartesos:

Llegados a Tarteso,  trabaron amistad con el rey de los tartesios, Argantonio, que fue señor de Tarteso a lo largo de ochenta años, y vivió ciento veinte. Este hombre apreció tanto a los focenses que primero les invitaba a que abandonaran la Jonia y a que se establecieran donde quisieran de su propio país; luego que no logró convencerles, tras saber, por un medo [o sea, un persa], que los medos iban creciendo en poder, dio a los focenses dinero para que levantaran una muralla: en ello fue realmente espléndido (...)

Heródoto, Historias, I, 116 (Traducción de M. Balasch)

Argantonio significa algo así como "El de la plata" y eso de que viviera 120 años no parece muy creíble. Está claro que aquí hay mucho de leyenda. Pero las leyendas son muy atractivas. Así que muchos han llegado a imaginar un reino tartésico, que se habría extendido desde el sur de Portugal hasta la actual Murcia, y hay quien hasta ha llegado a identificar Tartesos con la mítica Atlántida. Parece ir demasiado lejos para tan poca información.

Un buen ejemplo del problema de Tartesos lo constituye el que hasta hace poco se ha considerado símbolo visible de esta civilización: el tesoro del Carambolo.

Conocimiento previo

El Carambolo, un santuario fenicio.

Uno de los hallazgos más famosos de esta época es el Tesoro del Carambolo. Fue encontrado por casualidad en 1958 en la localidad sevillana de Camas. Es un excepcional tesoro compuesto por 21 piezas de oro, con un total de casi 3 kilos de peso. Las piezas están ricamente labradas mediante una combinación de técnicas de orfebrería fenicias e indígenas. Se pensó durante muchos años que era un tesoro tartésico. Las últimas investigaciones han demostrado que El Carambolo fue en realidad un santuario fenicio dedicado a la diosa Astarté, una poderosa divinidad fenicia a la que los griegos identificaban con Afrodita. Estaba situado frente a la ciudad de Spal (Sevilla), de la que estaba separado por el Guadalquivir. Fue frecuentado entre los siglos VIII y VI a.C. por fenicios e indígenas.

Las piezas del tesoro posiblemente estaban destinadas a adornar los toros que iban a ser sacrificados en las ceremonias religiosas que tenían lugar en el santuario.

Tesoro del Carambolo Bronce Carriazo
Tesoro del Carambolo (VIII-VI a.C.) (Réplica en el Museo Arqueológico de Sevilla)
Imagen de J.A. Montero Fernández en Wikimedia Commons. Licencia CC BY-SA.
La diosa Astarté representada en el llamado Bronce Carriazo (s. VII-VI a.C.) (Museo Arqueológico de Sevilla)
Imagen de A.M. Felicísimo en Flickr. Licencia CC BY-SA