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2.1. Las colonizaciones orientales

Llamamos Edad Antigua al período situado entre la aparición de la escritura, en torno al 3000 a.C., y la caída del Imperio Romano de Occidente, a finales del siglo V d.C.

Hasta comienzos del primer milenio antes de Cristo la Península Ibérica se mantuvo en la Prehistoria, es decir, la única información disponible sobre ella procede de los datos materiales y medioambientales recogidos por la arqueología y otras ciencias. Pero a partir de ese momento pueblos procedentes del Oriente Mediterráneo, dotados de escritura, comenzaron a visitar la Península y a darnos alguna información de lo que ocurría en ella.

Importante

La Península Ibérica entra en la Historia como consecuencia de la llegada de pueblos colonizadores procedentes del Oriente Mediterráneo.

Eje cronológico de la Hispania prerromana
Imagen de elaboración propia.
Barco fenicio
Barco fenicio, según un relieve del II d.C.
Imagen de Elie plus en Wikimedia Commons. Licencia CC BY-SA

A partir del siglo X a.C. los fenicios, procedentes de la costa de Próximo Oriente, comenzaron a frecuentar la costa meridional de la Península Ibérica, donde con el tiempo fundaron ciudades como Gadir (Cádiz), Malaka (Málaga), Sexi (Almuñécar), Abdera (Adra) o Spal (Sevilla). Venían buscando metales preciosos, especialmente plata, y abrir rutas comerciales con el Atlántico. Además, explotaron los ricos recursos agrarios y pesqueros del litoral.

Moneda de Emporion
Moneda de Emporion (III a.C.), con su típico Pegaso. Los griegos introdujeron en Hispania el uso de la moneda.
Imagen de Classical Numismatic Group, Inc en Wikimedia Commons. Licencia CC BY-SA.

A partir del siglo VII a.C. llegaron los griegos. Fundaron ciudades en la costa de la actual Cataluña, en concreto Emporion (Ampurias, Gerona) y Rhode (Rosas, Gerona), pero extendieron su influencia por toda la zona mediterránea. Ellos dieron a la Península el nombre de Iberia.

Puerta de Sevilla de Carmona
Puerta de Sevilla (Carmona, Sevilla). En su base se encuentra una fortaleza cartaginesa.
Imagen de Trevor Huxham en Flickr. Licencia CC.

Desde el siglo V a.C. la ciudad-estado fenicia de Cartago, en la actual Túnez, comenzó a ganar influencia entre las ciudades fenicias e indígenas del sur de la Península. A mediados del III a.C. (264-241 a.C.) Cartago se enfrentó a Roma en la I Guerra Púnica y perdió. Las condiciones de paz fueron muy duras. Para reconstruir su poder, Cartago decidió crear un imperio en la Península Ibérica. En el año 237 a.C. los cartagineses desembarcaron en Cádiz y en unos años lograron dominar todo el sur peninsular y la costa mediterránea. Fundaron como capital una ciudad a la que llamaron "Cartago" (en su lengua, Qart-hadasht), que los romanos llamarían Carthago Nova y que es la actual Cartagena. Durante esos años los dominios cartagineses en la Península estuvieron bajo el mando de varios miembros de una misma familia: los Barca.

Estas colonizaciones tuvieron una importancia enorme en la Historia de la Península Ibérica. Los colonizadores encontraron en la costa sociedades que se estaban haciendo cada vez más complejas. El contacto entre indígenas y colonizadores aceleró el proceso. Las sociedades indígenas se hicieron más jerarquizadas. Desarrollaron sistemas políticos más complejos, que en muchos casos adoptaron el modelo de ciudad-estado. Comenzaron a urbanizarse. Adaptaron a sus propias necesidades la cultura y las técnicas de los colonizadores. Algunas aprendieron el uso de la escritura. Entre los mejores ejemplos de este proceso podemos mencionar los siguientes:

  • Entre los siglos VIII y VI a.C. floreció en el oeste de Andalucía y el sur de Portugal la cultura de Tartesos, como resultado del contacto entre las poblaciones indígenas y los colonizadores fenicios.
  • A partir del siglo VI a.C. la influencia de griegos y fenicios sobre las sociedades indígenas hizo que se desarrollara la cultura ibérica entre la Andalucía oriental y la costa mediterránea de la actual Francia, mientras en la Andalucía occidental se desarrolló la cultura turdetana.

Para profundizar

La escultura ibérica

Mientras en Grecia se alcanzaba la cima del arte clásico, los aristócratas iberos mostraron su riqueza adornando sus tumbas con esculturas de gran belleza, en los que los símbolos indígenas y fenicios se combinan con la forma griega de representar las cosas. Los mejores ejemplos proceden del sudeste de la Península. La escultura ibérica es la manifestación más impresionante del arte ibero, una de las tradiciones artísticas más originales de toda la Antigüedad.

Dama de Baza Detalle del Guerrero de Porcuna Dama de Elche
Dama de Baza (IV a.C.) (Museo Arqueológico Nacional)
Imagen de A.M. Felicísimo en Flickr. Licencia CC.
Guerrero de Porcuna (V a.C.) (Museo de Jaén)
Imagen de C. Espejo en Flickr. Licencia CC.
Dama de Elche (V-IV a.C.) (Museo Arqueológico Nacional)
Imagen de A.M. Felicísimo en Flickr. Licencia CC.

En la parte de la Península más alejada de la influencia mediterránea se mantuvieron modelos sociales y políticos más simples, generalmente sociedades tribales dirigidas por jefes guerreros. Había grandes diferencias entre estos pueblos, pero muchos de ellos fueron descritos por los griegos y los romanos como celtas.

Ulaca
Altar de sacrificios de Ulaca (Solosancho, Soria), uno de los mayores centros fortificados de la Península.
Imagen de santiago lópez-pastor en Flickr. Licencia CC.

Actividad desplegable

Lee y completa las siguientes frases.

A finales del siglo X a.C. llegaron a la Península Ibérica los , que fundaron colonias en el sur. Del contacto con ellos nació , que floreció en el oeste de Andalucía entre los siglos VIII-VI a.C.

A partir del VII a.C. vinieron los , que fundaron colonias en Cataluña y extendieron su influencia por toda la zona mediterránea.

A partir del siglo VI a.C. la influencia de los pueblos colonizadores hizo que se desarrollara la cultura de los en la fachada mediterránea, mientras que en el oeste de Andalucía se desarrollaba la de los .

Mientras, en la parte de la Península con menos influencia mediterránea, había pueblos tribales. Muchos de ellos eran .

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