Llamamos Edad Antigua al período situado entre la aparición de la escritura, en torno al 3000 a.C., y la caída del Imperio Romano de Occidente, a finales del siglo V d.C.
Hasta comienzos del primer milenio antes de Cristo la Península Ibérica se mantuvo en la Prehistoria, es decir, la única información disponible sobre ella procede de los datos materiales y medioambientales recogidos por la arqueología y otras ciencias. Pero a partir de ese momento pueblos procedentes del Oriente Mediterráneo, dotados de escritura, comenzaron a visitar la Península y a darnos alguna información de lo que ocurría en ella.









