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2.2. Felipe II (1556-1598)

En 1556 Carlos V, agotado tras años de conflictos, abdicó (o sea, renunció al trono) y se retiró al monasterio de Yuste (Cáceres), donde moriría en 1558. Antes de retirarse, decidió aliviar la carga de la Monarquía Hispánica dividiéndola en dos partes:

  • Los dominios de la Casa de Habsburgo, los reinos de Bohemia y Hungría y el título imperial pasaron a su hermano, Fernando I de Austria.
  • Las coronas de Castilla y Aragón, los dominios de la Casa de Borgoña y Milán pasaron a su hijo, Felipe II.
Árbol genealógico de Felipe II
Árbol genealógico de Felipe II

De esa forma, Felipe II heredó unos dominios más reducidos que su padre, lo que le permitió centrar más su atención en la Península Ibérica y el Atlántico. A lo largo de su reinado logró ampliar sus posesiones:

  • Conquistó nuevos territorios en América y extendió sus dominios a Asia, con la ocupación de las Islas Filipinas (1565-1571).
  • En 1580, tras una guerra de sucesión, se convirtió en Rey de Portugal, ya que tenía derechos sucesorios a través de su madre, Isabel de Portugal. Como resultado, la Península Ibérica logró temporalmente recobrar su unidad política y la Monarquía Hispánica logró dominar un extensísimo imperio colonial, si bien los territorios portugueses siempre se gobernaron de forma separada con respecto a los castellanos y aragoneses.
  • En sus dos primeros años de gobierno (1556-8), Felipe II fue además rey consorte de Inglaterra, pero la muerte sin herederos de su esposa, María I de Inglaterra, le hizo perder este título.
Imperio de Felipe II en 1580
Los dominios de Felipe II en Europa y el norte de África a partir de 1580
Imagen de Tyk en Wikimedia Commons. Licencia CC.
 Imperio mundial de Felipe II
El imperio mundial de Felipe II a partir de 1580
(en azul los territorios del Reino de Portugal)
Modificación propia de imagen de Trasamnudo en Wikimedia Commons. Licencia CC.
Sofonisba Anguissola, Retrato de Felipe II
Sofonisba Anguissola, Retrato de Felipe II (1573. Museo Nacional del Prado)
La pintora italiana (¡sí, había pintoras en el Renacimiento!) retrató a Felipe II como a este le gustaba representarse: no como un guerrero, sino como un sobrio servidor del Estado.
Imagen de Museo Nacional del Prado. Autorización de uso educativo.

Felipe II estableció una nueva forma de gobernar. En vez de viajar por toda Europa como había tenido que hacer su padre, fijó la capital en Madrid y gobernó desde ella a través de una compleja estructura administrativa que lo conectaba con sus inmensos dominios. En política interior tuvo que afrontar una serie de dificultades, entre las que destacan las siguientes:

  • Entre 1568 y 1571 estalló en el antiguo Reino de Granada una rebelión morisca, que se hizo especialmente fuerte en las Alpujarras. Los moriscos eran los cristianos de origen mudéjar, que aún conservaban sus antiguos rasgos culturales y que en muchos casos seguían practicando la fe musulmana en secreto. La causa de la rebelión fue la desesperación ante la fuerte presión fiscal que recibían, la persecución de la Inquisición y la aparición de leyes que les obligaban a abandonar sus costumbres. La rebelión fue aplastada por Don Juan de Austria, hijo bastardo de Carlos V. Los moriscos del Reino de Granada fueron obligados a asentarse en otras regiones.
  • Felipe II tuvo que hacer frente a las conspiraciones de su hijo Carlos, por aquel entonces heredero al trono. Finalmente Carlos fue llevado a la prisión, donde murió poco después (1568).
  • Otro problema político surgió de un caso criminal. El secretario real Antonio Pérez fue acusado de asesinato en Castilla y para escapar a la justicia se refugió en Aragón. Para evitar que la justicia aragonesa lo protegiera, Felipe II recurrió al Tribunal de la Inquisición, pero eso se consideró un ataque a los fueros aragoneses. El resultado fue un levantamiento en Zaragoza que Felipe II reprimió por las armas (1591-1592).
  • La ambiciosa política exterior hispánica provocó graves problemas financieros. Se acumularon tantas deudas que en varias ocasiones Felipe II tuvo que declararse en bancarrota, ordenando la suspensión de pagos a los acreedores.
Batalla de Lepanto
La Batalla de Lepanto (1571) representada en un fresco de los Palacios Vaticanos
Imagen en Wikimedia Commons. Dominio público.

En política exterior se heredaron los conflictos abiertos en el período de Carlos V y se abrieron otros nuevos:

  • En 1568 estalló la rebelión de los Países Bajos. Las causas fueron el malestar por la dominación española, que era vista por muchos como una ocupación extranjera, y el conflicto religioso entre católicos y protestantes, ya que el protestantismo había crecido mucho en el norte de los Países Bajos. El resultado de la rebelión fueron 80 años de guerra, que fue utilizada por los rivales de la Monarquía Hispánica para debilitarla.
  • Continuaron las guerras con Francia, con un resultado más favorable a la Monarquía Hispánica.
  • Continuó también la guerra contra los turcos. En este caso Felipe II logró mejores resultados que su padre. El acontecimiento más importante en esta guerra fue la Batalla de Lepanto (1571), una batalla naval librada en la costa griega en la que una coalición de potencias cristianas mediterráneas lideradas por Felipe II, bajo el mando de Don Juan de Austria, derrotaron a la flota turca. La Batalla de Lepanto debilitó mucho la posición de los turcos y sus aliados berberiscos en el Mediterráneo occidental.
  • Comenzó un largo conflicto con Inglaterra. El conflicto estalló con la llegada al trono inglés de Isabel I y sus causas principales eran dos: el conflicto religioso entre el protestantismo, defendido por Isabel I, y el catolicismo; y la lucha por la hegemonía en el mar entre la Monarquía Hispánica e Inglaterra. Felipe II llegó a intentar una invasión a gran escala de Inglaterra mediante una gran flota de guerra, la Armada Invencible, pero esta fue derrotada por los ingleses.

Con Felipe II el Imperio Hispánico alcanzó su momento de máximo esplendor, pero también comenzó a mostrar los primeros síntomas de agotamiento. Sus descendientes tendrían que pagar su precio.