En todos los países existen grupos de minorías sexuales. A menudo hacen frente a una significativa vulnerabilidad al VIH como resultado de un alto riesgo de contraer el VIH así como a un estigma y una discriminación continuos. Entre los grupos de riesgo más vulnerables se hallan los varones que tienen relaciones sexuales con varones y las personas transexuales.
Para las minorías sexuales que son además profesionales del sexo o consumidores de drogas intravenosas, y aquellos que residen en entornos tales como instalaciones militares y prisiones donde la violencia y la coacción sexual pueden ser comunes, el riesgo es incluso mayor A escala mundial, la carga del VIH entre los varones que tienen relaciones sexuales con varones es elevada, oscilando entre el 9 y el 25% en África, el 2 y 5% en Europa Oriental y Asia Central, el 1,4% en el Oriente Medio/África Septentrional, el 11% en el Caribe, hasta el 40% en Asia y hasta el 50% en algunas zonas de América Latina1.
Sin embargo, la cobertura de intervenciones destinadas a estas poblaciones sigue siendo baja y los gobiernos han asignado, históricamente, recursos limitados para estas poblaciones. Los planes nacionales de lucha contra el SIDA carecen a menudo de una prestación de servicios integrales para varones que tienen relaciones sexuales con varones, y éstos están frecuentemente subrepresentados en lo relativo a la vigilancia nacional. El Fondo Mundial reconoce que el miedo al estigma y la discriminación impide a muchos miembros de grupos de minorías sexuales acceder a los servicios de atención de salud y de otra índole. También se reconoce que la violencia contra los miembros de grupos de minorías sexuales se está generalizando en muchos países.
Las relaciones consentidas entre adultos del mismo género están penalizadas en aproximadamente 85 Estados Miembros de las Naciones Unidas, entre ellos, la mitad de los estados africanos. Diez estados castigan con la pena de muerte las relaciones homosexuales consentidas entre adultos. Se ha demostrado que dichas leyes suponen una infracción del Pacto Internacional sobre Derechos Políticos y Civiles. En estas situaciones, las leyes, políticas y prácticas que contribuyen al estigma y la discriminación, y que acrecientan la marginalización de los grupos de minorías sexuales y otras poblaciones de mayor riesgo, representan un gran impedimento a la creación del entorno favorable que es necesario para luchar contra la epidemia del VIH/SIDA.
Todos los países deben “conocer sus epidemias” a través de las evaluaciones epidemiológicas y la vigilancia adecuadas y adaptar sus respuestas en consecuencia, incluidas intervenciones destinadas a los grupos de mayor riesgo de transmisión del VIH. Siempre ha habido recursos del Fondo Mundial disponibles para el respaldo de intervenciones destinadas a las poblaciones de mayor riesgo, incluidos los grupos de minorías sexuales. Por ejemplo, muchos programas respaldados por el Fondo Mundial incluyen programas destinados al cambio de comportamiento, que figuran entre las intervenciones de prevención más rentables disponibles y representan un componente fundamental de todo programa nacional integral de prevención del VIH.
Para garantizar que las necesidades de las minorías sexuales se aborden adecuadamente, los programas nacionales de lucha contra el SIDA y los Mecanismos de Coordinación de País han de trabajar en estrecha consulta con las poblaciones de mayor riesgo (incluidos los grupos de minorías sexuales).Se insta a los solicitantes a que especifiquen en sus solicitudes de apoyo para el Fondo Mundial el modo en que sus propuestas se adhieren a los principios de igualdad y equidad en el establecimiento de prioridades y la selección de las poblaciones objetivo (incluidos los grupos de minorías sexuales), y si algún grupo específico va a recibir acceso prioritario a los servicios, la justificación de dicho enfoque, y cómo el apoyo a las intervenciones planificadas fortalecerá la igualdad social llegando hasta los grupos demográficos más necesitados de intervenciones, sobre la base de la evidencia epidemiológicas.
De hecho, como condición de elegibilidad, las propuestas presentadas por los países clasificados por el Banco Mundial como de renta “baja-media” y “alta-media” deben mostrar un enfoque predominante sobre las principales poblaciones afectadas. Ello incluiría a los varones que tienen relaciones sexuales con varones en los contextos nacionales relevantes. Muchas de las respuestas más efectivas contra el VIH y el SIDA para los grupos de mayor riesgo son suministradas en entornos de base comunitaria, a menudo por iguales. No obstante, estas comunidades carecen con frecuencia de los recursos que necesitan para ser asociados efectivos en las respuestas nacionales contra el VIH. Es probable que las actividades de financiamiento que fortalecen las respuestas comunitarias y responden a las necesidades específicas de los grupos de minorías sexuales tengan un resultado positivo. Por ello, se insta a los solicitantes a que consideren las deficiencias del sistema que afecten al acceso a los servicios por parte de las principales poblaciones afectadas y que soliciten recursos para el fortalecimiento de los sistemas comunitarios.
Entre dichas intervenciones cabría incluir el desarrollo de capacidades, el desarrollo de infraestructuras físicas y la creación de asociaciones para las organizaciones que representen a grupos de minorías sexuales o trabajen con ellos. Se puede obtener información más detallada sobre este tema en el sitio web del Fondo Mundial, en la "Hoja Informativa sobre el Fortalecimiento de los Sistemas Comunitarios". Los grupos de la sociedad civil y las organizaciones de salud comunitarias pueden resultar vehículos poderosos a la hora de abordar las cuestiones que afectan a los grupos de minorías sexuales en la gestión y la prestación de intervenciones para la prevención y servicios de salud.
Por este motivo, el Fondo Mundial recomienda que todas las propuestas incluyan un "Receptor Principal" tanto del sector gubernamental como del no gubernamental. Esta recomendación supone una oportunidad de acción complementaria por parte de los gobiernos y las organizaciones de la sociedad civil en el ámbito del liderazgo de los programas. Las organizaciones que representan y/o suministran servicios a grupos de minorías sexuales podrían estar interesadas en considerar dar respuesta a los llamados de "Receptores Principales" de los Mecanismos de Coordinación de País durante el proceso de elaboración de sus propuestas.
Se puede obtener más información sobre esta recomendación en el sitio Web de Fondo Mundial, en la “Hoja de datos: financiamiento de doble vía”. El Fondo Mundial insta también a la participación de las comunidades vulnerables, incluidos los representantes de grupos de minorías sexuales, en los Mecanismos de Coordinación de País y la Secretaría del Fondo Mundial ha puesto una pequeña cantidad de recursos a disposición para respaldar esta participación. Otras áreas programáticas identificadas como prioridades para los grupos de minorías sexuales y que podrían formar parte de una solicitud de fondos del Fondo Mundial incluyen las siguientes: